Bienal de Venecia

Por Irma Arestizábal
(fragmento)

Urdimbre: conjunto de hilos que se colocan en el telar paralelamente unos a otros para formar una tela.
Trama: conjunto de hilos que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre forman una tela.

(Diccionario de la lengua española, Madrid, 1992)

En la Exposición de Arte de la Bienal de Venecia de 2005 el Instituto Italo-Latino Americano tiene su pabellón en los sugestivos, y complejos espacios del Palacio Franchetti en el Canal Grande.
Para la organización de la muestra hemos elegido obras que traduzcan la diversidad de yuxtaposiciones, intercambios e influencias culturales, históricas y raciales que crean el tejido cultural latinoamericano.
La trama y la urdimbre, la tela. Un titulo suficientemente abierto y estimulante como para dejar lugar a la representación de diferentes posiciones permitiendo que el espectador dialogue con un sinnúmero de creencias y símbolos, paisajes (cultural y urbano), temores, ansias, dramas, violencias, poesía (de los objetos y los ambientes cotidianos), belleza, creatividad, humor y, sobre todo, el arte de tan variado continente.
Polibio Díaz retrata e interpreta en sus montajes fotográficos, de dimensiones cercanas a las arquitecturas de los lugares que retratan, el modus vivendi de los habitantes más
Pobres de la República Dominicana que enfrentan una situación económica sólo sostenible por la increíble vitalidad y alegría que los caracteriza.
Introduciéndose en los espacios mas íntimos y populares, mostrando una concepción y un estilo de vida que se constituyen en retratos de la conciencia nacional, con una marcada afirmación étnica del componente africano del Caribe, Polibio Díaz nos acerca al ser dominicano y a la identidad nacional y cultural. "Transitamos" por la sala para recibir a las visitas, los dormitorios comunes, la cocina. Todo cubierto por los adornos que llenan las paredes en una especie de wunderkammer tropical, una "iconografía heterogénea, muy propia del sincretismo religioso y del endiosamiento popular de cualquier cosa mundana"[1][1]. La luz, los colores, las, cortinas, las puntillas, las plantas, dan una atmósfera especial a estas casas, abiertas a la calle pero " a la sombra". A este conglomerado de objetos Díaz suma el suyo realizando superposiciones de fotografías que ayudan aun más a crear la atmósfera de este "barroco" caribeño y nos cuenta "historias": Es el viento que, desde el mar, penetra por la ventana, la playa que se entrevé desde la sala, las fotos de familia, el sonido de la "bachata" que sale de los gigantescos altoparlantes, la sensualidad espontánea de la raza africana, la pereza retratada “Después de la siesta.”